El Propósito se esconde tras las actividades de los caracteres. Es en la Acción donde se concentra la atención del Actor. La Palabra es un Estorbo, una idea de anular la Migraña, de evitar la Acción inevitable, de eludir el camino señalado por las estrellas. La única vía iluminada; el Sendero. Tras el Caminante, en sus huellas reposando, intentos incontables de abandonar el caminar.Es en el trayecto donde el Caminante quita sus máscaras y aparece el guerreo, el mago, el santo, el ladrón, el mendigo, el bandido, el preso, la anguila, la metralleta. Es en el Trayecto, cuando el Caminante no conoce el Camino, entre los musgos, los rayos de sol, las copas elevadas, los chillidos del bosque, es ahí, con los pies aferrados por el barro, cuando el Caminante intenta "Renunciar o Reafirmarse".
Es la Senda del Fracaso. Es en este desplazamiento irreversible, donde intentamos desolar nuestros cuerpos, blindar nuestras almas.
Es en la Acción dónde yace el propósito. Propósito que existe desde el primer destello de nuestras molleras. Ahí concentrámos la energía del impulso primario. Luego nuestras voces intentan calmar la tormenta, las palabras no siempre son las correctas, pero en esta vida no existe la tecla "Rewind".